Coplas en Cerro Colorado (M.G.)


(Luego de la visita a la Casa Museo Atahualpa Yupanqui)

La tierra colorada caminé
buscando hallar tu silencio,
pero son ruido los carteles
que piden cuidar el predio.

Estuve en tu habitación
donde dormías con Nenete,
me di a la resignación
es que la intimidad ya se fue.

Con respeto silencioso
me acerqué donde descansan
tus restos armoniosos
de cantor y de guitarra.



Pero es raro mi sentir
querido Don Atahualpa,
en tu casa una tristeza
se me ha pegao’ al alma.

Me cobraron treinta pesos
pa recorrer tu morada
y sólo pude llevarme
lo que mis ojos miraran.

Quizás todo este pesar
sea sin justificación alguna
ni si quiera por la fortuna
que por tus libros quieren cobrar.

Ahora junto al arroyo
escribo estas coplas burdas.
No tiene el museo la culpa
de las penas que no lloro.

Me llevo semillas de roble
que dicen cien años duran
pa’ plantar en suelo noble
si es que mis pasos maduran.

Hace frío hoy en el cerro
otoño llegó anticipado
el agua me corre por dentro,
tu silencio va sonando.

Me voy de tu tierra roja
otros caminos me esperan
ojalá escriba mis hojas
con algo de tus ideas.

Ya me voy, Atahualpa,
me despido de tu cerro
quiero tu copla en el alma
quiero seguir tu sendero.

Y esta tristeza que anida
en mi corazón de viajero
la bautice tu nostalgia
y le ponga otro misterio.

Don Atahualpa Yupanqui
poeta, cantor, guitarrero,
enseñame cómo andar caminos
de a poco y con el viento.
19 de marzo de 2016

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